28.10.05

OK.

Y pues dice el periódico hoy por la mañana que la ciudad a la que regreso con tanto gusto es la sexta ciudad más "vivible" de mi país. Mexicali, hermoso anagrama hecho a la carrera. Tiene más sentido lo que acabo de escribir de lo que creen.
Cierto, Mexicali es "vivible", en el sentido de que se vive una relativa tranquilidad, producto de una comunidad con una ética de trabajo muy a la protestante, una cierta visión de poca profundidad en torno a las cosas, secciones recién pavimentadas que aún no huelen a tiempo secular, un orden tranquilizante en sus vías de progreso e incluso una movilidad social que no se ve en otras partes, o que se ve de una manera mucho más traumática. En las colonias populares, sí se celebra con gusto cuando el hijo estudioso y emprendedor obtiene un puesto ejecutivo en alguna planta industrial.
Por otro lado, como buen anagrama hecho a la carrera, pervive en Mexicali un ansia por comportarse a la medida de sus tiempos. Ahí tenemos a la pandilla llamada La Sangre, que como buena película de terror, acecha a los automovilistas, venadeándolos estratégicamente como parte de su ritual de iniciación.
En Detroit pasaba lo mismo, antes y después de la debacle.
Las ciudades más vivibles del mundo tienen las mismas caracteristicas, siempre: una conservadurismo que se rehusa a permitir elementos de la modernidad urbana que le otorgan a la comunidad una visión mas crítica de su entorno, una conformidad en sus propuestas de desarrollo integral, así como otros elementos que, sí, hacen más vivible a la comunidad, pero al mismo tiempo, hace que aquellos que quieren emprender grandes vuelos se frustren porque no ven el tipo de oportunidades de crecimiento --social, económico, creativo, incluso espiritual-- que encuentran en otras partes.
Es el síndrome del mexicalense que no encuentra su base de identidad y la asume al momento de enfrentarse a otro tipo de dinámicas. Un viaje descubridor a España, a Argentina o incluso a Guadalajara, es más que suficiente para que alguien diga: "chale, aquí no hay nada qué hacer".
Sí, las ciudades más vivibles del mundo también son las ciudades más insoportables en ese sentido: no ofrecen nada más allá de la tranquilidad.
Desde que el ser humano entra en la modernidad de la vida urbana, pervive en él o en ella el deseo del caos y la destrucción y reconstrucción de su entorno. No obstante, en otros pervive el deseo de la tranquilidad y los fines de semana con la familia y los vecinos.
Claro, existen espectáculos como el pandillerismo mencionado anteriormente. Asimismo, vivimos en una interzona que no está exenta de "problemillas", tales como las ejecuciones a figuras de autoridad, narcotraficantes flotando en los canales, acribillados en vía pública, etc. etc.
Y si nos damos una vuelta por colonias como la ladrillera, el concepto de "vivible" adquiere otro matiz. A diferencia de Tijuana, donde la miseria es incluso parte de su estética, la topografía de Mexicali permite que las zonas más empobrecidas de la ciudad se pierdan, como pequeñas ciudades desiertas. Hoy comienzan nuevos brotes de contrastes visuales, pero la imposición del imaginario "progresista" (espectaculares que anuncian la llegada del nuevo mundo, pero que interrumpen la visibilidad de aquellos sectores de casas hechas de cartón. No es nada nuevo en otros lados; en Mexicali como que apenas se asume) producirá posteriormente otro grado de alienación urbana.
Curioso: Una ciudad vivible sería la de la película "Groundhog Day", sitio donde la vida de un hombre que viene de la metrópolis es sometida al absurdo de la repetición de los mismos acontecimientos. No dudaría que una gran cantidad de personas se sienten así en Mexicali.
En fin. Para finalizar todas estas digresiones, una última apreciación: Sí, yo llevo casi dos años en Santiago de Chile. Pero no dejo de repetirme y de repetir a la gente que he conocido, que vivo en ese anagrama hecho a la carrera, donde tienes que inventar el paisaje para que tu mente pueda sobrevivir, sobre todo al calor.
Y algo más. . .¿saben qué me llama la atención de Mexicali? Como dicen en la película de Pulp Fiction. . .son los detalles, sobre todo los que pasan desapercibidos. Por ejemplo, el hecho de que todas las carreteras de nuestra ciudad conducen a un cementerio.