24.1.06

Odio que tenga razón o, mejor dicho, odio que siga dándole razones a mi melancolía. Maldito Elliot Smith:
I'm never gonna know you now. . .but I, I'm gonna love you, anyhow
Tengo que acostumbrarme al hecho de que la historia que sigue en mi vida lleva impresa esta frase, que mis encuentros y desencuentros enamoradizos se repetirán una y otra vez. . .to no avail. Y es como si la memoria fallara por default, cada vez que regreso a esta situación, caigo en desesperante admiración y reverencia por unos ojos que brillan en esa noche y en esa noche nada más, porque no vuelven a verse.
Las primeras veces me llevaron al punto de decir "ok, esto ya no es chistoso". Al seguir ocurriendo, pasé de la parodia a la tragedia con una rapidez que ni siquiera me di cuenta que llegué a sentir algo en particular.
Luego vino la sensación pesadillezca, el descubrimiento de que jamás iba a salir de este predicamento. Hubo un tiempo de paz y tranquilidad, incluso, podemos decirlo, porqué no. . .de felicidad.
Sin embargo. . .a veces ocurren estos encuentros con una intensidad abrumadora, dictada por energías. Por lo menos, así lo creí cuando sucedió, sobre todo por cómo sucedió.
Pero me engaño, siempre me engaño. Y siempre termino diciendo la misma frase, mientras pienso en los últimos rastros de recuerdo que tengo de aquella que noches antes me dejó con el hocico abierto:
I'm never gonna know you now. . .but I, I'm gonna love you, anyhow
Adiós, A.