3.7.06

Varias razones por las que no voté el día de ayer:
1.- Porque nuestro próximo presidente no lo escogió el pueblo. O mejor dicho, no lo va a escoger el pueblo. Eso se decidió hace unos cuantos meses. En estos momentos, estamos viviendo los aspavientos y dibujos animados que mantienen al pueblo alerta, feliz de verse involucrado en un espectáculo llamado "proceso democrático".
2.- Porque creo que una de las grandes fallas de la democracia es la imposibilidad de que el individuo sea autónomo, que autodetermine su destino, que actúe conforme a la voluntad propia y a la voluntad común AL MISMO TIEMPO. Mi autodeterminación me dictó la voluntad de no votar, porque ninguno de los candidatos me representa, y, si los números no fallan, es muy probable que, estadísticamente, haya un buen contingente de mexicanos que se sientan igual que yo. Los candidatos que ofrecieron los partidos no me representan. Representan esa broma pesada y perpetua en la que se ha convertido nuestro país, desde hace más de doscientos años.
3.- Porque me niego a votar, ni "tan siquiera por el menos peor", ni mucho menos "de perdida para que aparezca un voto anulado". Si tuviera la certeza de que el porcentaje de los votos anulados fuera mayor que el porcentaje de votos acumulados a favor de cualquiera de los candidatos, sí, con mucho gusto hubiera ido a las urnas a anular mi voto. Pero no fue así.
4.- Porque no es cierto: ni López Obrador representa a los pobres, ni Calderón representa a los ricos. Ambos representan opciones mediocres para la continuación de un régimen que ya no nos representa a nadie. Puro espectáculo. Y lo peor del caso es que estos comentarios terminarán percibiéndose como los de un aguafiestas, ya que todo mexicano podría decir en estos momentos: "aaaaay, ni es para tanto. Tú nomás has de cuenta que las cosas van a cambiar, sigue la curada." Es como el tipo que se pone a revelar los secretos de un mago, o de una película de suspenso: todo el público lo abuchea, porque sus revelaciones acaban con la ilusión. Y por lo visto, preferimos la ilusión que nos ofrece la "esperanza".
5.- Porque no pienso dictar mis acciones a partir de lo que me señalan los medios: ¿Si no voto no me quejo? ¿Quiere decir que mi vida tiene que ser dirigida por la opinión alelada de imbéciles como Adal Ramones, o de todos los que participaron en la campaña de "Tu Rock es Votar" (a todas luces, una de las campañas más fascistas que he visto en mucho tiempo)? No, no fui de los que asentía con la cabeza cuando cualquiera de estas "figuras del espectáculo" nos aleccionaban una y otra vez sobre la participación ciudadana en estas elecciones. No me aborregué el domingo pasado y acudí a las urnas como buen mexicano después de misa: con la certeza de que me estoy haciendo pendejo a mí mismo.
(5b... Porque me aterra cualquier idea de la marca. La tinta indeleble que automáticamente te señala y te identifica, es igual a la mancha en la frente los miércoles de ceniza. No me gusta ser marcado como res. Mucho menos me gusta sentirme autocomplaciente por cumplir con mis deberes ciudadanos).
6.- Finalmente, porque EL VOTO NO REPRESENTA MIS DEBERES AL INTERIOR DE UN SISTEMA DEMOCRÁTICO. Esos deberes se desarrollan a lo largo de mi ejercicio y participación en sociedad. Las mismas personas que exigen el voto a los demás es la misma gente que castiga y reprime y ningunea cualquier proceso de defensa de la democracia. Los mismos que castigan a los manifestantes, los mismos que reniegan de las actividades del EZLN, los mismos que dicen que la mayoría de los mexicanos somos unos desobligados, huevones que no trabajamos, los mismos que sostienen que "pobre es el que quiere". El voto es el inicio --y no necesariamente obligatorio-- de la vida democrática de un individuo en sociedad. Independientemente de quien quede como presidente, mi labor y TU labor y TU labor y la TUYA también, es la de asegurarse de que esta persona conduzca al país de la mejor manera posible, y de no hacerlo, es la labor de TODOS nosotros exigirle a dicha persona que lo haga. Independientemente de si se votó o no por dicha persona.