13.11.06

otro sitio para reconocer y detenerse momentáneamente. . .
Entre las 4:30 y las 6:00 p.m., es necesario colocarse debajo de un árbol frondoso. Sentir la llegada de los chanates que van poblando las copas de los árboles, escuchar el dicharacheo que dura un tiempo hasta que de pronto la luna y la brevelevetenuelevebrevebrisa entra por la nuca y luego los chanates comienzan a desaparecer. No sabría decirles si es por la noche misma, ya que son animales oscuros que bien pueden fundirse con la oscuridad, o es porque en realidad los chanates no existen, pero el caso es que éstos desaparecen cuando comienza a oscurecer. Es curioso que reaparezcan justo cuando comienza a amanecer, ahí donde la luz de la noche se funde con la luz del día. Entonces, es probable que el "chanate", en realidad sea una "presencia" de negrura escandalosa, que reúne los gritos humanos del día y deja que estos se consuman en las copas de los árboles, entre las 4:30 y las 6:00 p.m. Y que luego, por la mañana, sean el aviso de que todos los seres humanos comenzaremos a gritar después de la primera taza de café.
(Preferiblemente, buscarlos en los yucatecos enfilados justo enfrente de Wal Mart Lázaro Cárdenas.)