12.7.13

La parte más tragicómica de nuestra será nuestra incapacidad para recuperar un pasado significativo. El tiempo está hecho de aire comprimido. La experiencia, un instante enmarcado por la sobreestimulación y los estados alterados por distintos tipos de sustancias. El amor, la locura, la guerra y el deseo, están supeditados a un momentáneo pinchazo de la conciencia; después del piquete, todo vuelve a una relativa normalidad. Es la normalidad de la mente inmersa en un caos que ya ni siquiera tiene armas físicas para controlar. 

¿Y nuestros artefactos? ¿Servirán de vestigio para el futuro? No creo que una pintura actual, cuya forma no asume más que las formas de la historia del arte, vomitadas en nuestro presente en clave manierista, y no obstante tenemos objetos como iPods, tablets, y demás ¿Significarán algo concreto en su proceso de recuperación? ¿Veremos con ojos de encantamiento y de regreso a una inocencia al momento de verlos? ¿Estamos destruyendo la nostalgia, o incluso la posibilidad de tener un pasado? 

1.7.13

De Isaiah Berlin

"La pregunta es, entonces: ¿Por qué no son felices los hombres? ¿Por qué hay en la tierra tanta miseria, injusticia, incompetencia, ineficacia, brutalidad, tiranía, etcétera? La respuesta es que los hombres no han sabido cómo obtener el placer, cómo evitar el dolor. No lo han sabido porque han sido ignorantes y porque han sido atemorizados. Han sido ignorantes y atemorizados porque los hombres no son buenos y sabios por naturaleza, y sus gobernantes, en el pasado, han tenido el cuidado de que el numeroso rebaño de hombres a quienes gobernaban se mantuviera en una ignorancia artificial del buen funcionamiento de la naturaleza. Éste es el caso deliberado de trapacería de parte de los gobernantes, de parte de los reyes, soldados, sacerdotes y otras autoridades a quienes las personas ilustradas del siglo XVIII tan enérgicamente condenaron. Los gobernantes tienen un interés en mantener a sus súbditos en tinieblas, porque de otra manera sería sumamente fácil exponer la injusticia, la arbitrariedad, la inmoralidad y la irracionalidad de su propio gobierno. Así, desde los primeros comienzos del hombre se organizó (y ha seguido adelante) una antiquísima conspiración de los pocos contra los muchos, porque si los pocos no hicieran esto no podrían conservar sometidos a los muchos". 

Isaiah Berlin
1952