10.9.13

No se puede

No se puede nadar en el aire, no se puede caminar encima del agua; no se puede volar sin artefacto, no se puede conducir un auto a ciegas, no se puede oprimir un botón sin esperar una suerte de bomba en el orden de la realidad, no se puede besar sin imaginar una cachetada o la reciprocidad, no se puede abrochar las agujetas del zapato ajeno sin un grado de intimidad desconcertante, no se puede hablar sin esperar que el receptor se quede callado, no podemos cerrar los ojos sin detenernos a ver lo que resguarda nuestro interior, no podemos subir una colina sin esperar que el aire allá arriba tenga un sabor desconocido, no puedes abrir una puerta que te conduzca a una experiencia inconsecuente, no puedes escribir sin dejar dicho lo que nunca realmente quisiste decir, no puedes imaginar más allá de lo que posibilita el lenguaje o la memoria reprimida, no puedes cerrar capítulos sin antes vivir en carne propia las vicisitudes del tiempo, no puedes pensar en el espacio exterior sin pensar en Odisea 2001, no puedes ponerte calcetines sin regresar a un periodo de tu infancia, no puedes descansar sin perderte de algo, no puedes caminar sin mascar ese chicle mental que se queda pegado en el trayecto recorrido, no puedes bailar sin la conciencia de un cuerpo siempre incómodo, no se puede despegar sin sentir nostalgia por la superficie que te sostuvo, no se puede acudir a la memoria sin una razón particular, no se puede nombrar lo innombrable sin antes fruncir el ceño, no se puede comer una galleta sin pensar en posibles abuelas ausentes, no se puede oler un pañuelo ajeno sin imaginar un relato o un virus impreso en la tela, no se puede estar enfermo dos veces simultáneas de la misma enfermedad, no se puede trabajar sin sentir opresión o el mínimo matiz de esperanza al mismo tiempo, no se puede pisar una alfombra de tréboles sin imaginar posibles pérdidas de fortuna, no se puede andar por el mundo sin una chaqueta que te recuerde a tu primer amor o a tu último quebranto emocional, no se puede hacer el amor sin dejar que se suelte el animal cuyo nombre sólo se grita en medio del éxtasis, no se puede tocar el fuego sin devolver tu recuerdo a una edad primigenia de la humanidad, no se puede orinar sin sentir que estás llenando un vaso sin fondo, no se puede abrir los ojos y esperar que alguien no intente poner su dedo en tu frente,  no se puede fingir que estamos sumergidos en el agua, no se puede arrastrar las imágenes de un sueño durante toda tu vida, no se puede abrazar al aire ni asfixiar el agua ni calentar el fuego, no se puede andar en bicicleta con los ojos cerrados, no se puede encender un fósforo con el párpado izquierdo, no se puede tomar un vaso de arena sin usar las manos y el asco, no se puede encontrar lo perdido, no se puede mantener la mirada en alto cuando el mundo u otros hombres nos oprimen, no se puede mirar la luna sin sentirse una peca en el pulgar displicente del universo.