Okey.
Mañana se presenta Luciano Pavarotti en La Laguna Salada, desierto de donde se da paso la ciudad de Mexicali, rumbo a la Rumorosa.
Ha sido un espectáculo digno de los mejores episodios de The Simpsons, pan y circo para un pueblo que todavía se saca los mocos en público, le gustan los platillos de los restaurantes con redilas, y entran con cachucha a la iglesia.
No pude dejar de pensar en esta imagen: Luciano Pavarotti, desnudo salvo unos calzones, comiéndose una pasta rebozando de carne molida, pensando en la última vez que tuvo una erección. ¿Por qué pienso en esto? Porque los seres humanos somos patéticos, y alguien debe presentar una imagen banal y estúpida que baje del trono a los más airados.
La ciudad estará vacía. Si alguien desea saquear las casas de aquellos mexicalenses y mexicalensas de bien, yo puedo apuntarlos en la dirección correcta.
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