emilio de Juan Di Bella. Uno de mis héroes. Nos reíamos con un gusto enorme cuando nos salía bien una canción. Regocijos de musiquetes que sólo los musiquetes entendemos.
Callen y despidan a los meteorólogos
No queremos conocer el estado del tiempo
La madre que los parió debió haberles enseñado
Que las nubes son mensajes secretos
Tiren del noveno piso sus novedosos aparatos tecnológicos
Que pronostican la probabilidad de las más peligrosas tormentas
No saben acaso que temer a lo desconocido
Es la única forma de mantener la cordura
Necesitamos volver a lo salvajeA creer en el dolor de un cayo
En el rústico cantar de las deshidratadas hojas
Yo se que el cazador mojaba su dedo y lo erigía al viento
Para calcular la trayectoria de su proyectil
Pero hoy los asesinos auscultan el mapa satelital
Para dar en el centro con la furia devastadora de sus bélicos huracanes
Mientras el ama de casa alista paraguas e impermeables
En el cielo se fragua un ataque de fuegoMañana será un día soleado dicen
Estropeando la ilusión de quienes esperamos con ansiedad la lluvia
Porque en ella viene implícito el alivio de la sequía espiritual
Son sus estadísticas la prueba trivial y contundente
De que hemos perdido el control y perspectiva de lo que es justo saber
A quien le importa si seis pulgadas de precipitación es la media anual en Colorado
Si por otro lado la tasa de estupideces oficiales es mayor por día en tu ciudad
Míralos en la pantalla pavonearse en el noticiero de las seis con sus trajes Armani
Indicando los sistemas de alta presión que se gestan entre remolinos
Acá no será bueno el panorama vaticinan con erudito gesto
Aunque mas allá podemos esperar un castigo similar pero con cierta variación
Por que no dicen hoy se agudizará la carencia de sentido de todas nuestras actividades
Y al mismo tiempo descenderá el nivel de humildad del ser humano promedio
Lo que provocará que la madre naturaleza actúe con un claro patrón de esquizofrenia
En su desesperado intento por sacudirse del lomo esta plaga engreída que somos
Esta aglomeración de ociosos en fin de semana
Tomen sus precauciones si planean comer al aire libre
Voy a ser duro con ellos
Declararé que representan lo peor de nuestras ambiciones como raza
Lejos están de la cometa y la llave del ilustre señor Benjamín
O de la visión agorera del iniciado tribal que leía en los barruntos la fortuna de la siembra
Recuerdo ahora el relámpago que en la niñez nos sacudía con luminoso poder
El viento crujiente azotando las viejas casas de cartón
Extremando en su base la noble resistencia de las datileras
Éramos alrededor del quinqué un esperanzado núcleo de corazones
Escuchando las historias de la abuela que el viento mismo parecía respetar
Nadie hacía caso entonces de los avisos al respetable público televidente
Estaba el cuchillo de mi vieja que cortaba la lluvia en los cuatro puntos cardinales
Y la lluvia cedía milagrosamente o bien continuaba cayendo sin atender la oración
Pero entonces era el clima el rostro y la piel y la voz trascendental de los olvidados dioses
Hoy nos recomiendan vestir ligero o desistir de lavar el auto
Yo les digo que el saqueo será global cuando azote la mayor de las tempestades
Y no requeriremos de su ayuda,
por eso callen y despidan a los meteorólogos