4.5.06

Por allá en los años sesenta, los mods destruían los locales de su vecindario simplemente para ver cómo sonaba el vidrio del aparador mientras era derrumbado a patadas.
Los que acompañaron a Robespierre a La Bastilla iban con un propósito y sólo con un propósito: echar desmadre, sin esperar nada de ello, más que la simple pureza del cambio.
Estoy completa y afortunadamente a favor de la desobediencia civil. No me juzguen si lo que van a leer a continuación suena como si estuviera en contra de los levantamientos que vemos en Atenco, y que veremos en varias partes del país. Lo que pasa es que no me la creo. Porque no nos queda la desobediencia civil.
No nos queda la desobediencia civil. Esto es, no "nos queda", no se acomoda como acción, sino más bien como una suerte de actitud de catarsis ante una realidad que siempre se nos hará injusta. Nos encanta a los mexicanos ese melodrama que resulta de levantarse como pueblo y armar un relajo. Es por eso que nunca se han dado los revolcones sociales que surgieron en otras partes de latinoamérica. "No nos queda" la rebeldía. ¡Aaaaaah, pero qué buenos somos para armar un escándalo, escenificarlo en toda su manifestación y gloria, junto a los rostros sangrados y los testimonios de la vieja de la tienda que habla por todos frente a la cámara y con su articulación fragmentada de ideas nos dice que ya no se puede tolerar más tal o cual situación!
la desobediencia civil comienza con una sospecha, la sospecha de que el orden social nos está tomando el pelo, nos está haciendo güeyes, pero sobre todo, por la sospecha de que no hay coherencia entre las acciones del orden social y lo que dicho orden proclama, precisamente, como orden.
la desobediencia civil no comienza con la espera al momento adecuado para iniciar un catártico movimiento que pueda aparecer en televisión. Y aun cuando no estaba la televisión, el mismo hecho de escenificarlo, como si la historia estuviera escribiendo los hechos trascendentales al momento que ocurren (por favor, la historia no se escribe en tiempo real, ¿cuándo lo vamos a entender los mexicanos? (nunca))
La desobediencia civil es, primero que nada, DESINTERESADA. Sí, acepto, los medios nos venden la idea de que hay intereses detrás de los levantamientos, las protestas, las quejumbres de un pueblo mortificado por la situación. Pero seamos sinceros, el mexicano no tira la piedra hasta que se asegure que obtendrá algo a cambio.
La desobediencia civil es el acto de tirar la piedra simplemente por tirarla, nomás pa' ver qué pasa. . .