10.8.05

Hay un problema fundamental que ocurre con aquellos líderes o agrupaciones sociales que buscan enfrentarse radicalmente a las autoridades, al tiempo que vociferan su postura ante los ojos pululantes de los medios: el problema del full disclosure.
¿A qué me refiero con esto? Se trata de una posición o actitud frente a los demás, que se autoexige la sinceridad y la claridad de los hechos y las declaraciones. Se supondría ser la manera más coherente de actuar, para cualquier grupo que busca romper con el hilo histórico del sistema, pero no lo es. Es una postura difícil de sostener. Porque curiosamente, resalta más la necesidad de poner en disputa, de criticar, de "no creer" lo que se está planteando.
Legalmente, el término full disclosure se utiliza, por ejemplo, cuando las agencias de bienes raíces se ven obligadas a explicitar cualquier detalle o imperfección en las casas o edificios que tengan en oferta. Asismismo, se utiliza en cualquier contrato donde se comprometa alguna de las partes en caso de que no posea ciertos datos o bases del mismo.
Cuando nos enfrentamos a una situación en la cual debería existir dicha declaración completa y genuina de intenciones --ya sea desde una posible relación romántica, desde una explicación clara y honesta sobre el estado de las cosas a un niño, hasta las declaraciones de alguna figura pública o política-- inmediatamente pasamos por el escrutinio de la audiencia, persona o medio que reciba nuestras declaraciones.
Quien no pretende el full disclosure es simplemente pasado por alto como otra persona que "está mintiendo". Bush jamás ha prometido poner las cosas en claro. Maneja un discurso plagado de declaraciones y "catchphrases" emitidos desde la perspectiva de un mundo que lo escucha. Muchos sabemos que miente con los dientes. Quienes pensamos eso, pensamos que no puede haber una sola persona en el mundo que le crea.
Pero estamos dispuestos a aceptar su falta de claridad, la nebulosidad de sus declaraciones están enmarcadas por el discurso histórico de la política, aquella de la cual siempre se ha sospechado.
¿Qué ocurre cuando alguien pretende ser claro, preciso, desea ventilar cualquier duda, es abierto a todas las opiniones, y enfatiza su verdad no con el peso de la fuerza o la imposición, sino con el único y solo recurso del peso de sus palabras?