3.4.18


Tiempo e intemporalidad 
en la música de Rubén Tamayo (aka Fax)

 
Fax. Silda EP
(Static Discos)



Diahgonal
(Stasis Recordings. Solo Vinil)


Podemos encontrar una cantidad de misterios alrededor del nombre de Silda. Nos refiere tanto a una isla localizada en la municipalidad de Vågsøy en Noruega, en donde se gestó una batalla entre el Reino Unido y el Reino de Dimamarca-Noruega durante las guerras napoleónicas, cuya fortuna asume el recuento de los mitos; nos refiere también a un personaje conocido como Silda la Inadvertida, una vagabunda nórdica experta en robo de carteras y que aparece en un juego en línea llamado The Elder Scrolls. También la encontramos como una especie de mariposa nocturna.  Silda es una palabra dulce pero misteriosa, fría pero llena de secretos íntimos. Silda es una mujer y un lugar, un tiempo que es el espejismo de todos los tiempos y ninguno. Es el nombre, la palabra, la evocación perfecta para el último lanzamiento de Rubén Tamayo, alias Fax. A su vez, se convierte en la sirena que nos desvía del camino que emprendemos al momento de escuchar su segundo lanzamiento de la temporada, hecho bajo el seudónimo de Diahgonal.

A diferencia de las producciones anteriores de Fax, Silda abandona tanto la brillantez como-de-paleta-plateada de Circles (2012) y el juego de contrastes dramáticos instrumentales de Constellation (2015) apostando por una unidad que, desde el inicio hasta el final de su breve trayectoria, nos coloca en una intemperie extendida de meditaciones sonoras, concentrando las exploraciones con una mayor sutileza, como un buque a la deriva, una isla despoblada, icebergs que flotan sin rumbo definido, arrastrados por una marea que crece y crece hasta que el hielo se funde con el mar. La sensación me remite a una frase del compositor Arvo Pärt, cuando se refiere a las composiciones musicales como un devaneo entre el tiempo y la intemporalidad. Música que se siente al mismo tiempo ancestral pero solo posible en el presente, como una leyenda contada por viejos héroes de batalla que se pasa de generación en generación, pero que en su relato vuelve a sentirse su vibra épica en el ambiente. Los ritmos son más lejanos, las secuencias más tenues, la presencia de instrumentación análoga más quirúrgicamente vinculada a la tridimensionalidad sonora digital, estilísticamente una refinada fusión entre las derivas del minimal techno, el ambient de la década de los noventa y las aproximaciones formales del post rock, y que ha llegado a su cúspide en lo que yo considero es una de las piezas más sublimes que haya producido, la puerta de acceso al mundo de Silda, titulada “Bandini”.

A su vez, como un ejercicio de reinvención sutil pero no desbocado ni caprichoso ni mucho menos bipolar (como sucede con otros artistas que se cambian de disfraces musicales como si fueran modas de temporada –primero folk, luego hardcore punk, luego electronica dócil para elevadores de malls vacíos), Rubén Tamayo expande su paleta plateada con Diahgonal, una propuesta que me devuelve un poco a la sensación policromática y veraniega que me produjo Circles la primera vez que lo escuché. Aun cuando podemos encontrar algunos vínculos con la sobriedad formal de Silda, es en Diahgonal donde Tamayo se desplaza más ligeramente por distintos registros electrónicos, una suerte de “modelo para armar” que engendra puntos de fuga hacia el ambient, el minimal, un IDM extirpado de los repetitivos (y en ocasiones irritantes) beats que el género se robó del hip hop, para crear una serie de pequeñas pinturas de orquestación impresionista, una propuesta menos densa que Silda, con algunas incursiones hacia la clase de elegancia dramática que encontramos en la música electrónica de los ochenta.

A estas alturas, Rubén Tamayo ya puede partir de sus propias referencias, de modo que tanto este EP como Diahgonal pueden escucharse como la integración de sus exploraciones con los códigos sensibles de la música contemporánea, (desde sus orígenes a principios del siglo XX hasta la infinidad de giros que ha tomado conforme música y tecnología se han hermanado para redefinir el sentido del lenguaje sonoro) en torno a un “estilo” que Fax ha moldeado hasta hacerlo propio y distintivo, a lo largo de una trayectoria que lo identifica como uno de los estandartes de la música electrónica en México (y el mundo).