8.9.10

Tener un hijo. Plantar un árbol. Escribir un libro. Escribir un hijo. Plantar un libro. Tener un árbol. Plantar una bomba. Escribir un manifiesto. Plantar un pie a la orilla de un río. Sembrar semillas de discordia. Tener un vicio. Tomar un vaso de vodka. Tener inconformidad. Iniciar una revolución. Cavar un pozo. Saltar de un avión con paracaídas. Tomar un vuelo a destino incierto. Amar. Comer una manzana. Verter un poco de miel en la espalda de alguien. Quebrar el vidrio de un escaparate urbano. Caminar en una ciudad desconocida. Sorber algo. Sentir dolor. Doblegar a un posible enemigo. Reconocer que la verdad es accidental, no contingente, que las cosas siempre son posibles y que una vez concebida como posibilidad, se descarta su imposibilidad. Abrazar al prójimo. Susurrar al oído del desconocido. Permitir una idea vaga y falsa en tu estado de creencias. Discutir con quien no estés de acuerdo. Dar de golpes. Pelear mucho, siempre y cuando no descubras que peleas contigo mismo. Caerte. Caer. Sentir mareo. Vomitar una comida que disfrutaste mucho. Escribir un poema con una navaja en la palma de tu mano. Pintar un graffitti. Demostrar a viva voz que no estás de acuerdo con las visiones de quienes te gobiernan. Decir cosas simples los domingos. Ver un juego de béisbol. Escribir un programa de televisión, donde se conjuguen todos los sueños de programas de televisión que has imaginado. Plantar un árbol en medio de una carretera. Sentir una rasgadura de totopito en el paladar. Tener cinco hijos. Escribir algo que no necesariamente será un libro. Diseñar un bosque entero, de plantas diversas, confeccionar todo un ecosistema para una humanidad futura. Creer en algo. Lo que sea. Fundar una ciudad, encima de otra ciudad, encima de otra ciudad, encima de las cenizas de un imperio destruido.