Hola. Mi nombre es Ramiro Pérez, y soy anarcosindicalista.
En el fondo de la rayita del plomero se encontraba un aleph.
Un cuidador de abejas resulta ser un pésimo, neurótico amante.
Hay caballos que simplemente no sonríen.
La música que más me gusta es la que no puedo escuchar.
Recuerdos de infancia, de cuando estabas a los pies del mundo.
La adolescencia es una de las invenciones más trágicas de la modernidad.
A media luz, todos somos capaces de estar dentro de una película de los setentas.
El cielo es un lugar donde no nos habían dicho que ya estábamos. Y lo arruinamos.