3.5.06

necesito una mejor casa para comerme las uñas. otro reloj para encontrarme con alguien a la hora exacta en la que sale el sol. necesito volver a ver unos ojos que conocí desde principios de año. necesito dinero. un poco de cambio en el bolsillo. dólares. necesito el blanco y negro de los días mojados en otro país, ese que se dibuja en la comisura de los labios. necesito un par de zapatos, dos camisas nuevas, un poco de shampoo, una película de los cincuenta. panavisión. necesito arreglarme un poco, volver a sumir las mejillas como la fotografía de Proust que aparece en todas las ediciones de bolsillo de En Busca del Tiempo Perdido. necesito un chicle. necesito reconocer el olor de los mocos, o quizá uno de esos bailes que de pronto le ocurren a tu cuerpo en medio de una boda. necesito amor y un poco de la lata de tener que quitarte maquillaje del cuello al día siguiente, necesito verla a ella a través del espejo, contemplando con una sonrisa mientras yo paso un pañuelo mojado por mi cuello. necesito un programa de televisión que me haga reír, un amigo que cuente una buena anécdota sobre un encuentro sexual. necesito ver un poco más el cielo. de noche. ahí en el momento en que se aclaran las cosas y todo surge como venido de la brisa. necesito dos gramos de sal para esparcir en el suelo, para así tener una superficie rasposa por la que pueda pasar mis pies. necesito saber si las cosas realmente extrañas suceden los martes a las seis de la tarde. o si el encuentro que tuve conmigo mismo por la madrugada fue sólo eso: un encontronazo con todo aquello que llamamos pendientes y que no es más que la simple idea de que las personas venimos para necesitar cosas y realizar acciones que nos mantengan ocupados. necesito respirar.
--¿más? ¿necesitas respirar MÁS?
--sí.