31.8.06

George Carlin, "Modern Man".


Esta rutina, donde vemos cómo este legendario comediante convierte el lenguaje de la era de la información en una suerte de ensalada de ideas vacías, es quizá una de las representaciones más lúcidas de cómo la retórica y el discurso frente a públicos sigue teniendo vigencia (a pesar de los López Obradores del mu(n)do). Piensen que este individuo tiene más de setenta años, y aun así, aun a pesar de que puede pensarse que alguien de su edad ya no se encuentra "dentro del orden" (piensen en cuántos de nuestros abuelos y/o padres ven una computadora como si fuera invento del demonio, y ya ni hablemos de los cajeros automáticos)su capacidad para hacer y deshacer el lenguaje como le plazca nos rebasa incluso a nosotros. De grande, quiero ser como George Carlin: un continuador de esa larga tradición de escépticos, cuyos orígenes modernos pueden rastrearse hasta Voltaire.
(Y los mexicanos que nos conformamos con el tipo de "comentario u observación alburera y chusca" de idiotas como Polo Polo.)