En mi propio reconocimiento
Ronald Sukenick (1932-2004)
Lejos se encuentra el aura de esnoismo elitista que en algún momento rodeó a la vanguardia. En vez de un movimiento, la vanguardia se convirtió en una cuestión para practicantes idiosincrásicos interesados en la innovación.
No puedes dictar el estilo. ¿Cuál sería el estilo correcto?
La vanguardia es europea; el underground, estadounidense. Elitista::opositor.
La ficción innovadora no es inherentemente mejor que cualquier otro tipo de ficción. Es un género como cualquier otro, y como cualquier otro, hay ejemplos mediocres, así como algunos que son brillantes.
Personalmente, estoy enamorado de la tradición Canónica, pero no estoy interesado en repetirla. Mis maneras de evitarla son a través de la práctica de ciertas ginmasias mentales o, en raras ocasiones, por medio del uso de una forma constrictiva, como la del grupo Oulipo, a los cuales considero como mis primos creativos.
Gimnasias mentales: modos por los cuales se bloquea lo antes formulado en la búsqueda por lo informulado.
Yo trato de escribir en ese espacio mental de treinta segundos, donde el pasado rasguña el futuro para producir lo que llamamos el presente. Eso me ayuda a pasar por alto lo premeditado.
Recordar el futuro. Eso me ayuda a evitar lo prefabricado.
Las mejores cosas se escriben por sí solas.
Me gusta colocar mi mente en piloto automático. Ecuentro que me lleva a direcciones interesantes, probablemente reflejando la estructura de mi mente.
Me encanta sorprenderme a mí mismo.
Hacer un corte contra la corriente revela su estructura.
La escritura automática es una reliquia de la era mecánica. En piloto automático, el principal creativo es una retroalimentación progresiva, no un subconsciente que trata de escapar de lo mecánico.
Lo primero pensado es en ocasiones lo mejor pensado.
Los lectores de historias de detectives buscan un cierto tipo de cosa. Así como los lectores de ficción innovadora. Pero debes aceptar que no hay muchos entre ellos, que estén buscando ese tipo de cosa.
La innovación guarda la misma relación con la corriente dominante como un carro concepto lo tiene para el modelo de fábrica. O mejor aun, un hot rod tendría con la versión de su producción masiva. La primer comparación hace hincapié en el aspecto experimental de una obra innovadora; la segunda hace hincapié en la emoción, la intensidad extra, la excitación pura que viene con el riesgo de una gran apuesta.
Yo nunca tuve un hot rod. Sí tuve un auto deportivo, Volvo P1800 1966, por treinta años. No necesariamente uno de esos bólidos para concurso, el 1800 es un gran carro de hobbie, con un overdrive que se siente como si te vinieras cada vez que llegas a la velocidad pico.
Un nombre más apropiado para lo que estoy hablando podría ser ficción extrema.
Odio la jerga de la demás gente. Porque tengo mi propia jerga.
De cualquier modo, la idea de ficción es la idea incorrecta. En el sentido de crear algo de la nada. Pensar narrativamente sería mejor. Yo pienso a través de las cosas de manera situacional, empleando una gramática de evento.
Proporciona resoluciones del mismo modo que el sueño proporciona resoluciones: atrayendo a los sentimientos involucrados, más que a lo racional. O quizás, a ambos. Porque los sentimientos tienen su lógica.
Porque la experiencia es, la mayoría de las veces, una serie de historias.
Porque las historias están basadas en la experiencia, no necesariamente la del autor, pero siempre en una parte.
Porque la escritura es parte de su propia experiencia.
Porque la ficción es experiencia más deseo.
El lenguaje ficticio se torna rancio sin las recreaciones del deseo.
Piensa por medio de historias; sueña por medio de la lógica.
“Show, don´t tell”. ¿Por qué no?
La Teoría es el delirio del intelecto. Hace más interesante a la vida.
Idiosincracia. No originalidad. La primera implica descubrimiento. La segunda, simple invención.
El descubrimiento desentierra el hecho; la originalidad es facticia.
Mis fracasos son a veces como buenos vinos que necesitan envejecer. El fracaso puede encontrarse en ciertos criterios de cocción. Para ponerlo de otro modo, la innovación puede confundirse con mala escritura, muchas veces por el escritor mismo. Ese es parte del riesgo.
La mejor ficción es aquella que fracasa en la realidad –sea lo que sea que signifique eso. ¿Un desinflamiento de ficciones?
Hay una política implícita en el estilo, que puede ser decisica en su aceptación o rechazo. El rechazo bajo esa mira es una buena señal, una señal de que estás lidiando con cuestiones esenciales. E.g., Melville.
Al status quo no le gustan los estilos innovadores. Pueden implicar alternativas, incluyendo políticas alternativas.
Al status quo le gustan los estilos innovadores. Sugieren el auspicio de una amnesia cultural.
Para gente complicada, la simplicidad es una virtud. En el caso mío, la estupidez es aun mejor.
El estilo debería maximizar la inteligencia.
La forma es simplemente una manera de descubrir el contenido.
El reconocimiento es una cosa; la fama es otra. La primera se preocupa por lo que realmente está ahí, lo que para la segunda resulta irrelevante.
La ficción son cosas que ocurren, no cosas que están siendo descritas: dinámica, no estática. Acontecimiento –causa y efecto irrelevante. . .desconocido. . .imposible de conocer.
Para salvaguardar la locura de la experiencia de las imposiciones de orden que rara vez son de tu interés.
Lo diré nuevamente: usa tu imaginación o alguien la va a usar por ti.
“Maldito el hombre de la calle”, dijo Pound. El Hombre de la Calle: “¿Quién es Pound?”
El impacto de una innovación exitosa es mayormente palpable con el correr del tiempo. Por definición. Si se halla en el rango de interés del gusto actual podrá ser original pero no innovador.
La innovación es excéntrica –nunca se halla en el centro de las cosas.
Una cosa no sigue de la otra.
La innovación no es antidemocrática –simplemente no es democrática.
Mi política no es ni de izquierda ni de derecha pero de conocimiento.
El centro equivale a uniformidad, la periferia a la variedad.
La periferia ofrece perspectiva, la alianza central.
La escritura comienza como dibujo y termina como música.
El lugar de la ficción es el mundo invisible del pensamiento y el sentimiento.
Suponiendo que el mundo material es real, lo etéreo se añade a la realidad.
Lo invisible no añade nada –excepto a sí mismo.
Sin lo irreal, lo real es irreal.
Escribir sobre la escritura es parte de la escritura. Un preludio y un epílogo.
Muerte y escritura: la tortuga y su caparazón.
Si la muerte es la madre de la belleza (Stevens), la vida debe ser su padre. Poesía vs. ficción::creación vs. procreación.
La ficción no es acerca de. Es ello.
Debería ser obvio: no hay una virtud intrínseca en la cantidad de lectores. Además, es teóricamente posible aproximar la jerarquía de lectores basada en un connoisseurship, como en las artes gráficas.
De cualquier modo, todos saben que el dinero es un mal indicador de calidad. Todos lo saben, pero nadie se comporta de otro modo. Tal es el prestigio del mercado.
Lo cual está bien. Cuando el mercado virtuosamente pone de lado al mercado para ejercitar su gusto, los resultados pueden ser desastrozos. Por lo menos, los mercaderes entienden al mercado.
Los intelectuales del fondo desprecian al arte como oscurantista y frívolo.
Hubo una vez que la oposición implicaba prestigio. Seamos honestos: la oposición es necesaria para una cultura saludable.
Una novela seria debería ser estudiada como un libro sagrado. Existe en un ámbito distinto al de la industria del entretenimiento, donde podría no existir.
Unas palabras para los conglomerados internacionales que hoy día controlan las editoriales: produzcan basura, valoren la calidad. Cómanse el trozo del pastel que ustedes mismos cocinan. Suponiendo que conocen la receta.
La teoría, para mí, es como la tinta que emite un calamar cuando es atacado.
La lucha es por el prestigio, no el dinero. (Pero el dinero no está nada mal, tampoco.)
La academia: ¿qué podría decirse sobre la academia? Son los árbitros del gusto, pero como los árbitros, no son queridos.
Hay gente que dice no entender mi escritura. Yo tampoco. Yo no escribo así.
Si ya lo entiendo, ¿para qué escribir sobre él?
Observación elitista: el explorador sólo está interesado en lo desconocido.
Me retracto: No entiendo mi escritura –pero sólo después del hecho. Y sólo en maneras tentativas, mutables.
¡Sólo sugiere! ¡Sólo provoca!
La mala innovación solamente se sirve de una repetición ignorante del pasado; la buena innovación es la huella digital, el código genético, del innovador.
La cuestión no es del gusto, sino de quien tiene el poder para imponerlo.
El collage y el cutup son maneras de interrumpir la continuidad del discurso controlador –el mosaico es una manera de renovar el discurso.
El mosaico: nuevas lozetas, viejos fragmentos, unas cuantas sobras –remix. De los vestigios un nuevo diseño. Continuo no discontinuo.
Debería ser obvio: lo que es verdadero aquí y ahora no lo fue en el aquel entonces. Pero, ¿por qué esto nos impide apelar por la verdad? Imita la inteligencia del atleta operando en un presente continuo. Más rápido que el pensamiento.
Gramática del evento: evento que modifica al evento=evento posterior.
La estupidez puede ser una virtud. La virtud puede ser un vicio. Los artistas no deben ser agradables.
En las artes, la evaluación de la necesidad implica connoisseurship
Los epigramas son verdades a medias. La media iluminadora.