5.8.05

Sí. Tijuana tendrá posesión del lenguaje, incluso de sus ritmos más prototípicos, los vericuetos que uno es capaz de representar por medio de la forma narrativa. Lo posee en virtud de las tensiones temporales y espaciales que sobreviven en la ciudad y su gente. Tiene la capacidad de fijar la multiplicidad de voces que proliferan alrededor de una producción comunicativa actual.
No obstante, es Mexicali la ciudad que tiene posesión de los personajes. Ahí se encuentran todos, desplazados, y la geografía --ancha, plana, extendida, como un mega chip de luces que puede apreciarse desde la distancia-- nos permite ver con mayor claridad la condición humana a principios del siglo XXI. No serán personajes mediáticos, lo acepto, pero, debido a su carencia de protagonismos ruidosos --no hay personajes microhistóricos, sumidas sus imágenes en el imaginario informativo-- tienen la posibilidad de ser más universales. Precisamente porque no tienen rostro, ni camiseta ideológica, ni uniforme prototípico, pueden construirse de manera más paradigmática. Pueden hablar sobre el mundo en general, no desde la prisa de los tiempos, que exige identificarlos en el ámbito público, sino desde la meditación de la eterna problemática existencial.
Siempre se hallan sorprendidos entre la inadvertencia de los eventos, y reaccionan no de maneras brillantes ni necesariamente ingeniosas (lo cual hace a veces que sea difícil construirles una voz retórica tradicional) sino de maneras desnudas: son lo que son, están asumidos en una condición social determinada (un poeta vago en los bares del centro de la ciudad, una deportista luchona, un narco que busca subir la misteriosa escala jerárquica, un policía cuyas investigaciones se pierden ante la preeminencia de otras notas rojas más "llamativas") y el absurdo puede revelarse en ellos con mayor nitidez.
(Sí, suena a provocación o a angustioso "grito desesperado". Pero el tiempo me dará la razón, cualquiera que ésta sea)