¿Qué es más importante, ritmo o lucidez?
¿Qué sucede cuando no puedes desarrollar la técnica del "product placement" en tu narrativa, cuando los referentes de cultura popular se te escapan de la mano, cuando la marca de cereal, de los pantalones, la línea de diálogo de la película, la letra de The Smiths o de REM, cuando aquel referente kitsch/chic no cabe en el bultito narrado que construyes mientras te picas la nariz y te muerdes las uñas?
¿Qué sucede cuando nunca pudiste agarrarle al espánglish, porque tu mente lo obstruye, porque no hablas así, porque las cláusulas las ves verdes y llenas de brotes floridos de español más o menos bien urdido, qué pasa cuando tu cerebro nunca tuvo esa separación del lenguaje que se da cuando piensas en dos idiomas al mismo tiempo, cuando el pensamiento en inglés y el pensamiento en español son dos entes separados en tu propia neurosis?
¿Qué sucede cuando la efedrina comienza a oler, cuando tus poros exhalan el aroma a botiquín de abuelita, cuando son las cuatro de la mañana y los sueños y los proyectos son tan vívidos que jamás podrán realizarse?
¿Qué sucede cuando no permites que en ningún momento crezca la uña de la discordia, cuando lo que escribes no produce ni asco ni coraje ni tentación, ni olvido ni indiferencia, cuando sólo piensas en la muerte del texto y luego finges que duermes mientras te arrancas lasuñaslaspestañaslacascaritadepielqueseformaentrelosdedos, cuando de pronto, son las cinco de la mañana y tú aun no decides cómo vas a titular tu último berrinche?
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