plantéemosnos incluso un orden lógico para algo tan poco cínico como el amor, y aun así no encontramos las armas para perdernos en ese tipo de bosques. Preferimos la (in)comodidad de la extrañeza que la visceralidad instintiva de las emociones puras. chingue a su madre el que me diga que la vida no tiene nada que ver con esto.
No comments:
Post a Comment