31.3.06

%) Es difícil imaginarse a uno mismo a las tres de la tarde
%) Romper el hielo, es lo que sucede cuando se comienza una lectura compleja, de cualquier índole. Pero no sucede sino hasta la tercer o cuarta página, ahí donde te descubres a tí mismo escuchando cómo el texto acaricia las entrañas del cerebro
%) En medio de una ocurrencia, lo último que debe hacerse es interrumpir el camino conducido por la velocidad del tecleo. La oración anterior sufrió de aproximadamente tres titubeos, dos errores de dedo y una pausa meditativa. Se pierde demasiado tiempo escribiendo
%) Nuevamente el disco de Minus the Bear. Pero luego también se recupera el primer LP de Q and Not U
%) A veces dan ganas de poder decir en voz alta: "Fue allá cuando los monstruos aquellos. . ."
%) Los policías sonríen más siniestramente cuando están en campaña de colecta. Es como si se introdujera una licencia especial para hacer literal el acto de pasar mordida. O algo así
%) Muy por de pronto, fui una pérdida de tiempo. Para alguien que me visitaba de lejos. Sin embargo, yo insisto en la mirada de aquella mujer de puerto. Sigue siendo divina, sigue siendo un sueño escribible.
%) Los reencuentros pueden ser incómodos pero también reveladores. Sucede algo similar a la ruptura de hielo que ocurre cuando uno comienza una lectura
%) Muy recomendable: Piedras, de Roger Callois. Un viaje al interior del universo mineral. Menos poético que El insecto de Jules Michelet. Ambos libros se recuestan al lado de mi cama. Me ven raro.
%) Hace viento. La primavera viene llena de inseguridades disfrazadas de hastío

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