las decisiones, la experiencia, las acciones, se reducen a una noción fundamental: hay que aguantar vara, de lo contrario, el carácter se suple por una infinidad de razonamientos que únicamente justifican tu propia condición lombricienta. Es el problema constante de nuestros tiempos. Y es taaaaan sencillo resolverlo. Asumir una postura, tomar una decisión, esperar los resultados y luego asumir las consecuencias. . .eso es todo. Lo que sigue --en el mejor de los casos-- es el inicio de la apreciación de la poiesis que se construye en eso que llamamos alma pero que en realidad se trata de nuestras entrañas.
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