Tips para evitar ser
brutalmente asesinado por narcotraficantes.
He aquí una serie de consejos útiles y múltiples para que nosotros, que vivimos en una zona donde regularmente se cometen asesinatos por parte de las mafias del narcotráfico, no seamos parte del creciente número de víctimas que, por impertinencia, por falta de timing, por malos manejos publirrelacionistas/diplomáticos o simplemente porque caíste mal, terminemos siendo agresiva, brutal y hasta podemos decir que situacionalmente asesinados, formando parte de una escenografía que nunca deja de ser teatral, absurda, con todo y leyenda e inscripciones y etiquetas que ponen en los cuerpos, como aviso o advertencia a autoridades o miembros del otro bando.
REGLAS BÁSICAS
Hay un principio básico, que viene de nuestro instinto natural de supervivencia, extrañamente interrumpido por el sinsentido de nuestro raciocinio, y que tiene que ver con el tipo de circunstancias en las que nos metemos. Si seguimos nuestro instinto, bien podemos asegurarnos que nuestros cuerpos pueden percibir, animalmente hablando, cuando estamos en un lugar donde puede ocurrir algo "malo", como por ejemplo, en un lugar donde a alguien se le ocurra iniciar una pelea con los de la otra mesa, o cuando estás en un lugar donde normalmente acuden personas de reputación dudosa, o cuando te quedas un par de horas más afuera de tu casa, mientras ves llegar una caravana de camionetas de lujo a la casa de tu vecino, el que acaba de poner esas enormes murallas blancas y que tiene al tipo del bigote poblado en la entrada desde las cuatro de la mañana, o cuando cruzas en tu auto por la calle y simplemente decides mirar con tu cara de machito cabrío al tipo de la Ford Expedition que te miró "desafiante" según tú, pero la realidad es que esta persona ha visto tanto que es la única manera como puede ver a los demás. La regla básica es, si sientes que el lugar, la situación o las personas son peligrosas, salte de ahí inmediatamente. Todo animal irracional lo entiende perfectamente, no veo porqué nosotros no.
Segundo: procura buscar un tipo de oficio donde no se corran riesgos más que los que puede proporcionar el uso de tus propias habilidades. Cierto, el riesgo es tentador, incluso romántico, y consideramos de maricas y sacatones no introducirnos a mundos y empleos que no contengan en sí un grado de peligro. Somos medio adictos a la adrenalina, por lo tanto, tendemos a buscar situaciones laborales y desarrollos profesionales que puedan resultar desafiantes, sí, pero también pueden resultar en un problema de comunicación de tal envergadura, que cuando menos te das cuenta, estás con el compañero que acababas de concoer esa semana, ambos maniatados a la orilla de un río, el cañón de una pistola pegado a tu nuca. Así que antes de terminar oliendo la loción nauseabunda de un sicario al que todos llaman Pepe, pero que no puedes ver porque te pusieron una venda en los ojos desde que te sacaron a patadas de tu casa, antes de estar en una situación en la que Pepe titubea para apretar el gatillo y dejar tus sesos esparcidos en la arena, pregúntate: ¿es acaso esta la mejor manera de ganarse la vida?
Una vez establecidos estos dos principios, veamos qué puede hacerse cuando ya estás involucrado en la mafia, esto es, cuando decidiste que esta será la manera como vas a poner pan en la mesa, ya sea como jefe de jefes, competidor para la posición de mero mero, sicario, asistente, chofer, mensajero, equipo de la tropa militar, contador, arquitecto, médico, cuidador de mamá, protector de esposa e hijos, piloto, negociante de asuntos internacionales, jefe de cuadrilla, o cargador y transportador de mercancía, abogado, comerciante involucrado en lavado de dinero, agente federal, estatal o policía municipal coludido, figura política de alto, medio o bajo rango que hace favores especiales, cantante o integrante de grupo de música popular que recibió el mecenazgo de alguno de estos bandos, o simplemente como el dealercillo de la esquina, el ojete que siempre le dice a sus papás que ya terminó la prepa y que un día de estos se meterá a estudiar derecho, mientras ve cómo su vecino, el de la esquina, con el que jugó cuando ambos eran niños, poco a poco se sumerge en el siempre triste vicio del cristal.
Son cuatro tips sencillos, no se necesita pensar mucho para entenderlos, se necesita usar un poco de sentido común para darnos cuenta que, si realizamos un trabajo que para el final del día puede dejarnos enterrados en el desierto o nadando muertos en un canal, por lo menos debemos hacer lo posible por evitar que estas cosas sucedan.
1. Concéntrate en tu trabajo. No especules, no establezcas prioridades que vayan más allá de tu rango de acción. Se te paga (y bien) por lo que haces, tienes el conocimiento, la sagacidad, los huevos, el talento, las habilidades especiales o la posición pública para realizarlo, así que no estés perdiendo el tiempo, dándole vueltas al asunto, tomándote tu cerveza con los amigos, viendo a la rubia con pupilentes mientras piensas: "cómo puedo subir de categoría en esta empresa."
2. Sé complaciente. A menos y que seas el líder del bando --persona que tiene que cultivar una inteligencia, una sagacidad y una sensibilidad apropiada para sobrellevar su vida-- tienes que tener un sentido de proporción, las cosas más claras que el agua: eres y serás una persona que sirve a los intereses de otras personas más poderosas que tú. Todo lo que te pidan hacer, tendrás que hacerlo. No hay vuelta de hoja. Deberás hacerlo con un sentido de responsabilidad y cumplirás toda indicación, consejo, advertencia o capricho que te soliciten. No busques salida, lo que te piden hacer lo tendrás que hacer.
3. La sensatez por encima de todo. Ante los compañeros, ante los medios, ante los vecinos, debes mantener los pies en la tierra y reconocer que estás en un negocio altamente competitivo y peligroso, donde miles y miles de personas se levantan todos los días con el objeto de ser más, ganar más, embaucar a otros y deshacerse de cualquiera que se ponga a su paso. Debes reconocer que en un momento, en este orden oximorónicamente caótico en el que te desenvuelves, a veces las cosas pueden terminar mal. Muy mal. Así que la sensatez debe dictar tus acciones. Mantén a toda tu familia enterada de quién eres, qué haces y dónde estás por lo menos cada hora, y por favor, deja instrucciones claras, todos los días, sobre lo que habrá de hacerse en caso de tu desaparición. Eso sí, todo menos venganza, por favor.
4. Sonríe. Por lo menos un poco. Amigo(a), la vida es corta, incluso más corta en el giro donde decidiste desarrollarte profesionalmente. Si un mercadólogo te visitara, podría generar estudios espeluznantes, donde demostraría con lujo de detalles que, si bien el crecimiento económico es de una vitalidad en permanente ascenso, el prospecto de una carrera larga es, digamos, funesto. La cantidad de dinero que puedes acumular es inversamente proporcional al tiempo que tendrás para disfrutarlo. Así que, sonríe, vive tu vida, ama, bebe, coge, fuma, canta, baila, disfruta cada momento, cada situación de ennervante peligro, cada ejecución mal planeada, cada encargo bien cumplido, cada mercancía que llega a su destino, cada millón acumulado en tu casa y luego curiosamente derrochado en esa otra casa que nadie sabe quién construye o en ese restaurante que nunca ha abierto. Viaja, conoce las cosas mejores de la vida, enamórate e inmediatamente explica a tu pareja la aventura que ambos recorrerán, busca la felicidad por encima de todo. Porque a eso venimos a la vida, a ser felices.
Pero a veces la buscamos mal. Entiendo si la situación económica en donde naciste no te daba más prospectos que el de convertirte en otro burro de fábrica que atrofia sus músculos para el bien de la productividad, es perfectamente loable entrar a un negocio que, aunque se corren riesgos enormes, por lo menos es el único que "te saca de pobre" a ti y a tus padres. Es incluso entendible también que busques ayuda para elevar tus posibilidades en el competido y no menos arriesgado negocio de la música. Entiendo incluso si te volviste tan cínico que el prospecto de carrera en la política, en la seguridad o en el comercio mismo no te deja más que sinsabores y pagos injustos a Hacienda, a no ser de la humillante meritocracia a la que debes ingresar. Lo único que puedo decirte es, por favor, sigue estos consejos, no busques problemas donde no los hay
Afuera de ese mundo, habemos personas que vivimos a diario el terror, el drama, la narrativa de ejecuciones, saldos de cuentas, desapariciones, amigos y vecinos perdidos, secuestros, tiroteos a medio día, balas perdidas que caen en los pechos de conocidos, enloquecidas trifulcas que involucran hasta repartición de granadas, y sirenas, muchas sirenas. Sinceramente pienso que muchas de estas cosas se pueden evitar con un poco de sentido común. Para que todos vivamos en paz, en armonía y, como lo dije, disfrutando de una vida que es bella, corta y sublime.