29.1.04

Este personaje es digno para una novela: (o un artículo de The Onion)

'CtrlAltDelete' Inventor Restarts Career

RESEARCH TRIANGLE PARK, N.C. - David Bradley spent five minutes writing the computer code that has bailed out the world's PC users for decades.

Bradley, 55, is getting a new start of his own. He's retiring Friday after 28 1/2 years with IBM.

The result was one of the most well-known key combinations around: CtrlAltDelete. It forces obstinate computers to restart when they will no longer follow other commands.

Bradley joined the company in June 1975 as an engineer in Boca Raton, Fla. By 1980, he was one of 12 working to create the IBM PC. He now works at IBM's facility in Research Triangle Park.

The engineers knew they had to design a simple way to restart the computer should it fail. Bradley wrote the code to make it work.

"I didn't know it was going to be a cultural icon," Bradley said. "I did a lot of other things than CtrlAltDelete, but I'm famous for that one." His fame depends on others failures.

At a 20-year celebration for the IBM PC, Bradley was on a panel with Microsoft founder Bill Gates) and other tech icons. The discussion turned to the keys.

"I may have invented it, but Bill made it famous," Bradley said. Gates didn't laugh. The key combination also is used when software, such as Microsoft's Windows operating system, fails.

Bradley, whose name was once mentioned as a clue in the final round of the TV game show "Jeopardy," will continue teaching at N.C. State University after retirement.

His office is filled with memories of his time at IBM and the keys that brought him fame in the tech world. He says he has almost every cartoon that featured CtrlAltDelete. There are video clips of the "Jeopardy" show and the panel with Gates.

"After having been the answer on final 'Jeopardy,' if I can be a clue in 'The New York Times' Sunday crossword puzzle, I will have met all my life's goals," Bradley said.

28.1.04

Pienso de pronto en la isla que fue la noche pasada. Areas verdes llenas de posibilidades, estuve pensando toda la noche sobre la estructura de dos de mis cuentos. Cómo resolver la cuestión de la narratividad en una historia. Cómo volver a ese gran acto de mentir con gracia y lucidez. Cómo volver al origen, al momento en que los relatos se diluyen y "oralizan" en los oídos del escucha, encerrado en un círculo, rodeando la iluminación de una fogata, viendo hacia el suelo lo que significa que ve hacia adentro, escucha la nítida relación de los hechos. Narrar, contar, relatar, atar una serie de líneas que sigan un curso. Lo que se dice y lo que no se dice. Olvidar por momentos las estructuras. Dejar de ver la escritura como una serie de bloques mentales, ladrillos que construyen realidades fragmentadas. Nunca puede contenerse todo el espectro. Siempre hay que dejar algo para el lector. O no. O lo que no se dice no existe. ¿Existe en la mente del escritor o del lector? ¿Existe igual en ambos? ¿Es el cabello del protagonista importante, y si lo es, puede el lector verlo igual que el escritor? Imposible. Percepciones inconexas. Puedes llevar al lector a distintas líneas de fuga, líneas de contención, puedes advertirle los límites de la narración, de la realidad. Puedes urgar en el tiempo del pasado remoto e inmediato a la vez, recurrir a frases, ideas, imágenes, surgidas de la nada, de los párrafos de un libro o de la noche traicionera que no te deja dormir porque piensas en armar obsesivamente la idea de una historia que "haga click" y cuyos componentes simulen la idea de totalidad. Y a la vez no. Quieres que surja una especie de demonio que te confronta a tus propias definiciones de identidad, diciéndote "perteneces a un campo y a ese campo te debes abocar": la frontera es una gran mentira que todos los que vivimos en ella nos decimos para resolver nuestros problemas de inadecuación. Pintamos en las paredes y nos regodeamos de vivir en una tierra de nadie, donde las victimas del narcotrafico pueden colgar sus cuerpos fallecidos de los puentes peatonales, donde el suicidio es un secreto a voces y donde todos deseamos por lo menos un instante de nuestras vidas haber nacido del otro lado: en la gran, mágica y espeluznante california. Por ahí no va la cosa. Por ahí va la moda.

20.1.04

Me encantan los arte-instaladores!

Su preocupación gira en torno del problema de la identidad y las formas físicas sobre las cuales ésta se vuelca para manifestarse.

Entre curvas y espacios vacíos, este artista nombra con imágenes los márgenes que separan lo objetivo de lo subjetivo, al tiempo que sugiere que no es posible lo uno sin lo otro.

y lo peor del caso es que estas declaraciones son el sustento de piezas artísticas que distorsionan las intenciones y el modus operandi del arte instalación, disfrazándolo con un discurso teórico que apoya el vacío y silencio en el que caen.

Fíjense cómo podemos mezclar el discurso y convertirlo en algo igual de "profundo":

con el primero: Su preocupación gira en torno del problema de la identidad y las formas físicas sobre las cuales ésta se vuelca para manifestarse.

podemos hacer esto:
"Su manifestación gira en torno a la preocupación por las formas físicas que, como tales, se vuelcan sobre sí mismas para obtener una identidad"

¿qué tal, eh? suena bastante "complejo" "artístico" "teórico"

veamos el otro: Entre curvas y espacios vacíos, este artista nombra con imágenes los márgenes que separan lo objetivo de lo subjetivo, al tiempo que sugiere que no es posible lo uno sin lo otro

qué sucedería si. . .
"El artista nombra con curvas e imágenes vacías los márgenes que separan los espacios objetivos, al tiempo que sugiere una subjetividad imposible de lograr sin la primera".
Me lo dijo un amigo de diecisiete años:

por dios, no se si reir o llorar cuando todo lo que llega a mi correo es cómo consolidar las deudas que aun no tengo, pagar la hipoteca de la casa que no tengo y comprar pastillas azules para un problema que no tengo

19.1.04

un cuento donde puedas poner las botas de vaquero

unas botas de vaquero que inicien la trama de un hombre soltero, a punto de casarse con el personaje que describe un tipo solitario que se sienta en la banca imaginaria de un parque que todos conocen pero que nadie ha "visto" desde hace más de quince años.

una legaña que pueda caber dentro de un cuento expansivo, donde los personajes todos se llaman Julián y ninguno de ellos se conoce.

un cuento donde puedas poner las legañas de todos los Julianes del planeta.

un ayer comprimido en la fantasía de dos niños que buscan adentro de una bota el cuento que dejó guardado el papá que los abandonó (el otro papá es el presidente de los Estados Unidos de América. . .en el año de 2016)

la legaña del vaquero dentro de la fantasía del presidente de los Estados Unidos de América. . .antes del 2016)

un cuento que se murió porque no tenía pueblo a quien reflejar

un cuento impreso en la suela de una bota que cruzó a los Estados Unidos, para encontrarse con la fantasía legañosa del futuro presidente, circa 1968.

dos cuentos escritos al mismo tiempo, en el mismo papel, las líneas de una sobre la otra. Una de las dos líneas fue escrita con tinta indeleble.

Dos líneas que se llamaban legaña y que quisieron contar la bota de los niños que fantaseaban con un cuento expansivo.

Una tinta indeleble que se llamaba niño y que busca al interior de una bolsa de palomitas tirada en el bote de la entrada de una sala de cine, circa 2016, después de ver una película sobre el ataque de los "botas negras" en París, circa 2008

un cuento sobre el padre que abandona a sus hijos a la suerte de tirar legañas en las lagunas de Turdur, ficción científica para aquellos que gustan de nombres extraños

una lista de palabras extrañas que conforman toda una novela llamada "diccionario". Dos niñod abandonan a sus padres presidentes, abandonadores, se ponen las botas, se quitan las legañas y comienzan a descubrir su propio lenguaje.

14.1.04

¿alguno de ustedes recuerda la película de "Pump up the volume"? Christian Slater en el papel principal. Es la historia de un morro que viene del este de los yiunaited esteits, llega a Arizona y, al no encontrar un buen conducto para roer la tela de la que está tejido su entorno, decide aprovechar la poca tecnología a su alcance y comenzar a transmitir desde su casa un programa de radio pirata.

Al principio, todo iba bien. Tenía el tipo la oportunidad de poner la música que le diera su regalada gana, soltarse el chongo con proclamas de orden sexual, un poco de humor negro, hablar de lo primero que su "stream of conciousness" radiofónico pudiera sugerirle. No tenía la menor intención de estabecer una base de radio escuchas. Y a la vez sí.

Conforme pasa el tiempo, comienza a generar un público, mismo que lo eleva en un pedestal de "cult idol", que tiene respuesta a todos sus problemas existenciales de corte clasemediero, ya que el tipo recibe cartas de sus fans, las cuales lee en el programa y responde con el tipo de cinismo al que estamos acostumbrados todos los que vimos pasar los veinte años durante los noventa.

Luego la película se pone medio mamona, claro, ya que este ídolo de la juventud representa una amenaza a las buenas conciencias del pueblito de Arizona, inicia una revuelta en la "Jáiscul" a la que asiste. El final es triunfal como buena película ochentera, propensas redimir a los culpables de la represión. Obviamente que el personaje se coge a la chava, la cual le hace ver que, en realidad, todo esto de comenzar un programa de radio pirata era un intento pasivo agresivo por mostrar esa otra persona que no puede ser, para liberarse de la timidez e introspección que lo caracteriza. Que caracteriza a cualquier adolescente que nace en un entorno acostumbrado a la disfunción social, política, económica, cultural y familiar.

Vemos en esta película todos los patrones que contiene el acto de "bloguear":

* Se crea un espacio abierto en el cual el autor genera retroproyecciones de distinto orden, con el afán de democratizar el acto narrativo.
* La autoreferencia y la anécdota forman parte del mismo discurso "diarístico", el cual, tradicionalmente, era considerado privado (los diarios íntimos son la última obra que conocemos de los autores "consagrados". en la actualidad, podemos decir de los futuros escritores: "si conozco al autor de ese poemario/libro de ensayos/novela/coleccion de relatos. recuerdo haber leído su blog". (de todas las personas que conozco que tienen blog, nadie me ha dicho que su blog es privado. Sí están conscientes de que existe la opción, verdad?)
* hay una especie de actitud pasivo-agresiva, un desdoblamiento, en el cual el autor fabrica un personaje, en ocasiones malhecho y maltrecho, con el que tiene una "responsabilidad moral menor", ya que no representa lo que esta persona, en el caso de un escritor, consagra a la inmortalidad de su obra "seria"
* si bien el "bloguero" puede presentar su alter ego en las páginas de su blog, la cultura bloguera intenta lo mejor posible de asegurarse que conoce a dicha persona en el mundo real.
* Todos coinciden en el acto liberador del blog, e incluso, podemos certificarlo como el ejercicio meta narrativo por excelencia.
* La meta narrativa necesita de un ego super pero super inflado, porque la referencia a lo que te refieres implica otorgarle un grado de importancia a la
proclama referida.
* Todos son responsables de lo que escriben en sus blogs; sin embargo, todos plantean en sus blogs que no deben tomarse en serio nada de lo que dicen
* El blog es un espacio multiforme, que pocas veces tiene que ver con el rigor que el diario tradicional le ha conferido al acto confesional, y muchas veces tiene que ver con una especie de "scrapbook" en donde colocas lo que te venga en gana. En vez de recortes de periódico, boletos del metro o de algún concierto, la envoltura de una paleta que te regaló la persona que más quieres en el mundo, el programa de mano en donde aparece tu nombre cuando actuaste en una obra de teatro, todos estos son reemplazados por una serie de "parches": citas de otros autores, ensayos académicos que incluyes después de tres días de haber escrito poesía en tu blog, links a imágenes, páginas de interés, artículos periodísticos, intercambio de opiniones sobre otros blogs. . .más que un ejercicio de interioridad, de situarte en la intensidad que confiere el ejercicio del discurso literario ensayístico, donde el peso significativo del mismo surge en un "orden" o proceso mental concentrado y personal, el blog se convierte en un ejercicio de regurgitación del presente inmediato.
* Quienes pertenecemos a una generación similar a la plasmada en la pelicula antes citada, somos mas propensos a imaginar el espacio del blog como una oportunidad de ser famoso, por lo menos para quince personas, parafraseando a Rafa Saavedra.
* Esto indica que, al final del día, todos queremos ser famosos. Pero en silencio. Muy pasivo agresivo el rollo.

7.1.04

AIN'T NO PICNIC

dedicated to the lost women of Ciudad Juárez
(inspired by the lyrics to the song "This Ain't no Picnic" by The Minutemen)


working on the edge

It’s the third time in the week I spend rearranging my life in front of my boss. Same as the last time, in front of the production line with nothing else to do but look for unusual ways to spend the time, besides letting the hands do the working, the back slowly giving way to the harsh pain of standing for ten hours straight, then imagining myself as a naked woman lying by the side of the river, thinking of the hours and the threshold of tolerance I have to stand, so I can keep myself clear of the danger, the danger of looking at my boss and giving him the benefit of the doubt, making him think I do not deserve a break in life, I need to up my level of productivity, “keep those circuits going, sister! There are T.V.’s to be sold somewhere, so you better lift your chin up and forget about your dreamland”. I live in the entrails of the Sony corporation. I am a bolt.

Losing my self respect

Goddam pain! Shame is pain, is the thought of arguing over the price of your own sustenance, is the idea that any human being does not really have to ask the woman at the cash register to please forgive the twenty cents missing from my pocket, the ones I couldn’t scrape out of my measly salary, the ones needed so I could have one more piece of bread for the week. It is the shame and the pain of having to see her bite down on the piece of bread you had to leave at the cash register, because you couldn’t afford it, because the woman at the cash register suddenly got hungry, she suddenly bit a piece of the bread, made a face of disgust and threw the piece of bread in the trash. Me, my children, we could have been the ones making that face of disgust, so out of the ordinary respect I have for myself, I sneaked up behind the woman and slowly picked the piece of bread from the trash. Respect and dignity do not cost twenty cents.

For a man that presides over me the principles of his creed

A man is a man is a man, that’s what I always say, I’ve always wallowed in the idea that a man must afford some sustenance to his grief. A man is a man is my man, the one on the corner, the one with a picket resting on his shoulder, the one with the bleary eyes and the days without sleep crumbling in his face. The man is my man, the one that cried last night, for a man must afford some sustenance to his grief, and this, my man, does not have enough muscle in his body to sustain the weight of two more months without a job. We live in a life of light comforts, sustaining our grief by the hanging face of our child, the one who will become a man, the one that needs the food and the pride of his blood to continue with the struggle. A man needs to have a job, a woman needs to remind the man that she can also sustain the grief for both, can keep on working in the production line until the body gives way to pain. A man is no man when he proclaims justice in the form of terror, a scheming man that holds the women in the production line by a thread, a devious man who holds the women’s breasts in contempt, a wolf in supervisor’s clothes, reminding women that their men are out there, wasting away the hours, contemplating their own unemployment.

Punch in punch out, 8 hours, 5 days

hours sweat through the tan line of the boss’ wife, as I sit in front of a desk in an office that dwells on green card slips and the smell of old coffee. The boss’ wife cleans her forehead with a gesture of complete abandon to her own superficiality. She smells of leather and the mysterious perfume of expensive shopping malls. I glance at the clock and think about the way she spends the hours of her own life. I think about the way I spend the hours of my life. I beat the clock with mine eyes, thinking of a world in which I could have the same beautiful tan line, a sinuous figure that draws itself on the skin like some sexual desire pressed tightly against her chest. She’s constantly looking away from me, constantly reminding herself that there is time to be spent punching the clock of her own age. I need to go back to work. I punch the clock and pretend I just spit on the ground she covers with her aroma. I am in love with the possibility of becoming her. I will never be a forty-year old blonde.

Sweat pain and agony, on friday i'll get paid

I rent the spaces that surround my dreams of being an ever-present beauty to the eyes of my man. I pay for the food that fuels my ability to keep on working until the body gives and my age starts to creep in. I pay for the services that sustain this apartment of hopes. I mend the clothes that suit like armors for the battlefield of reality, so my child could keep up with this world of gratuitous expenses. I leave some aside for personal pleasure. Maybe fifty cents would buy me some candy. I am eighteen years old and sometimes beauty needs a lipstick. Not this month. There is food to be put on the table.

Hey mister don't look down on me

Hey mister can you spare a peso?
Can you spare my death?
Mister, can you help me get my feet back up?
Can you spare a dime? Is there a phone near? I need to complain. I need to complain to my authorities, the ones that never believe, the ones that look down on my misery like it’s some kind of ongoing tragedy.
Can you look for my jeans?
my Levi’s?
the ones I lost in the ruckus?
the ones that got ripped off by humanity and the look in the eyes of the stranger?
the one that took my life as if it were just another face in the world?
Can you look for my dignity, dangling on the outskirts of town?
Can you look for my name, the one I believe in?
The one no one will remember?
I need a phone, need my feet back up on the ground, need to call the authorities. I’m a ghost now, I’m the shadow of the authorities’ doubt. They need to hear this, need to spare this life I just lost on the outskirts of town.

I got my bills and the rent
I got to rest the feeling of despair. Need to count the nickels and dimes, look for the face of my child, the one that lost his mother, look for the bills and the rent, the payments that keep my life going and going like some senseless rabbit powered not by batteries, but by silence. In silence I accept the responsibility of selling my soul to put a soul back into the eyes of my child.
I got the bills and the rent, and the face of some form of pride. A silent pride, the kind of pride that sends my coworkers to an awkward glance, a serious stare when I’m not looking, the kind that asks questions that the authorities do not ask: What must it feel to have your wife raped and killed by some unknown entity?

I should go pitch a tent
Can’t remember the smell of her neck, must remember it, for the feeling of desire is running all over my naked body as I stare at it in front of the bathroom mirror. Revolutions and masturbations are done in front of the bathroom mirror, when I’m not looking, when my eyes are drifting back to the day when I first felt her hips her breasts, her legs her ass her breath slipping as I try not to remember the day she went away. Must not forget to pitch a tent when her smell comes back into my memory, and not the memory of her death, her body pressed hard against the ground where she last felt the earth. Must try and feel desire back when I’m alone and thinking of her, not the her that left the earth, but the one that kept her smell inside my memory, the one that must not keep coming back smelling of her captors’ breath.

But our land is not free

The tale comes back to the time when I spelled out the names of the factories, the names of the corporations that slowly crept into my nightmare country, the country that tries to sell my child the idea that his life does not belong to himself anymore. The tale comes back to the time when my neighbors thought the world was comprised of foreign-name factories creeping up into the life of our country, a nightmare of a place where the food now belongs to little plastic boxes spelling Mc’Donald’s, where the sneakers I wear are a simulated version of the ones we assemble, the ones we will never see carrying our tortured feet through the aisles of the production line, where the pants we wear are the real version of the ones they sell in a model’s magazine, the kinds of designs that become a simulated version of chic poverty, where the life we live is the real version of some secret nightmare that the world does not acknowledge. The tale comes back to the time where real was real and the nightmare of the world was something you dealt without secrecy, without that back-of-the-mind idea that things do not necessarily have to be this way.

So I’ll work my youth away in the place of a machine

I’ll keep the youth of the woman I loved placed neatly as a photograph in my locker. I look at it every morning, before I let a day’s work slowly suck out the remaining youth in me. I’ll let the sinuous muscles in my body slowly build age in them, the scars of time whisper their fatality as I think of the life of my supervisor, his car and his body built by gyms and power bars. I’ll let the ever decreasing salary pile up my youth as I think of the time me and the guys used to challenge each other in a game of basketball, back when I was a kid and my mother used to pile up her youth in the production line of an ancient factory, back when life was a black and white picture in your mother’s family photo album. Today I felt the youth of my child reflected in the TV monitors I assemble day and night, night and day, felt his youth slowly dive into his own destiny. Saw my face his face in the TV monitor that some kid from some suburban darkness is going to own, is going to look at, one of these nights, to find out about the injustices of this world, reflected in a music video that uses tragedy to sell ideas. This cannot go on.

I refuse to be a slave

I am not the one you see in the TV news. Not the one you see standing up and chanting in front of the cameras. I am not the one that is holding a picture of his murdered wife in front of the TV news. I am not the tide that rises in the fall. I am not the movie of the week, am not the short attention span tragedy that appears on the news, and immediately forgotten after the commercial break. Not the one with the youth of her lost wife in the shadows of the TV monitors, hanging as a picture in my chest. I am not the one with a thousand others, marching down the street, refusing to become a slave to the reality of my surroundings.